Unas 50 rosas, de pétalos delicados entre amarillos y fucsias, ocupan un espacio privilegiado dentro del jardín frente a las canchas de tenis.
Este rosedal inspira ternura y armonía por doquier, dando envidia a las demás flores que se encuentran en su alrededor. En cada amanecer, el rocío las acaricia aflorando puro amor.